Quienes lleven ya un
par de décadas trabajando en el mundo editorial, en grafismo, en publicidad o en
prensa recordarán sin duda lo que antes de la era digital se llamaba «carpeta
de trabajos» o «book». Se trataba generalmente de un pesado armatoste para
presentar hojas de papel de formato A3 o A2, con anillas y tapas duras (en
cartón o en símil-piel) y una indispensable asa en el lomo que permitía al ilustrador,
diseñador, maquetador, fotógrafo y otras variedades de profesional creativo
transportar dicho mamotreto en su abnegado —y tantísimas veces infructuoso—
pulular por agencias, editoriales y medios de comunicación.
viernes, 9 de septiembre de 2011
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