Vaya por delante que este es un curso que me ha llevado varios meses idear, redactar (sin «copypastear» de ningún manual ni plagiar a nadie, que yo sepa) y grabar en vídeo (veréis que incluye una treintena de videotutoriales). Vaya por delante también que este es un curso gratuito y que está a disposición de todo aquel que quiera aprovecharlo.
No, no soy un millonario aburrido ni me he vuelto loco. Lo que en mi opinión sí se está volviendo loco es el mundo de la traducción (y supongo que lo mismo ocurre en otros ámbitos profesionales).
¿Por qué digo esto? Pues lo digo porque en los últimos dos o tres años se observa en los profesionales y futuros profesionales del gremio una avidez insaciable de formación rápida y cómoda, hecho que ha degenerado en la proliferación de cursos, cursillos y cursillitos presenciales y «virtuales» sobre los temas más variados, la mayoría de los cuales se venden como la panacea que logrará que incrementemos nuestra productividad y nos convirtamos en supertraductores o seamos «expertos» en algo en veinte horas. Y muchos de estos cursos los imparten jóvenes cuya experiencia no supera ni de lejos el lustro de ejercicio profesional, y eso con mucha suerte. Por no hablar de que también se han reproducido como los champiñones en una cueva las empresas especializadas en formación para traductores.
Así que, por un lado, me doy cuenta de que esto de los traductores se está convirtiendo en un negocio. No me refiero a la traducción como oficio, claro está, sino a venderles lo que sea a quienes la practican o desean practicarla. No tengo nada en contra de los negocios, en principio. Pero los negocios que no me gustan nada son aquellos en los que el servicio que se ofrece no vale en absoluto el precio que se paga por él. Esos negocios me parecen una deshonestidad y un aprovechamiento de la situación de penuria laboral que experimentan sobre todo los más jóvenes. Yo, por lo menos, no me voy a gastar en tomaduras de pelo el dinero que tanto me cuesta ganar trabajando.
Que conste que tampoco tengo nada en contra de que los profesionales y futuros profesionales paguen por recibir una formación de calidad e impartida por gentes que saben de lo que hablan. Hay algunos cursos que valen la pena, claro que sí. Pero, salvo contadas y suculentas excepciones (sobre todo algunos cursos ofrecidos por determinadas asociaciones profesionales), lo que hay disponible es una plétora de actividades formativas descaradamente superficiales y mediocres que se ofrecen sobre todo vía internet, pero también de modo presencial, tanto en el ámbito académico como en el corporativo.
Por otro lado, he tenido últimamente noticias de varios compañeros traductores y correctores que, pese a llevar a su espalda varias décadas de experiencia en su oficio y haberse formado exhaustivamente durante muchos años en otras disciplinas por vía académica o de manera autodidacta, las están pasando canutas para sobrevivir en esta jungla de agencias malpagadoras y que abusan de los plazos, de aceptación generalizada de tarifas irrisorias, de esas webs conocidas por todos donde se subastan proyectos de traducción que se adjudican al que menos cobra, de editoriales que pagan las mismas tarifas desde hace dos décadas, de clientes directos que desaparecen, seguramente porque han encontrado un traductor más barato y anteponen rapidez y ahorro a calidad, y de todo ese rollo de los fuzzy matches, las repeticiones de términos y otras triquiñuelas que no sirven sino para escamotear el pago de trabajo humano y para convertir al traductor en una especie de contable de palabras, en un mísero autómata con poco o nada que aportar al texto (por no decir al mundo).
Y me da pena que haya profesionales enormemente capaces y sobradamente preparados que estén en un tris de abandonar la profesión por todo esto que he señalado antes mientras que otros con un currículo ridículo (cuantitativamente hablando, claro, que nadie me malinterprete) pretenden comerse el mundo cuando el mundo que quieren comerse se los va a comer a ellos antes de que se den cuenta de que los cursillos de veinte horas que han pagado les van a proporcionar un bagaje prácticamente inservible.
El curso, el curso
Dicho todo lo cual (o vomitado, si se prefiere), aquí tenéis este texto y estos vídeos que inicialmente formaban parte de un curso más extenso (que incluía Photoshop, Illustrator y otras aplicaciones) y que no pudo completarse por causas ajenas a mi voluntad (siempre he querido decir esta frase). Después de unos cuantos meses criando polvo en los anaqueles digitales de mi ordenador, me he cansado de tenerlo ahí muerto de asco y he decidido que vale la pena que alguien lo aproveche antes de que se quede obsoleto. El curso es fruto de mi experiencia de más de un cuarto de siglo como grafista y traductor, le he dedicado mucho tiempo y esfuerzo y se me debe considerar el único culpable de cualquier error que pudiera contener. He puesto todo mi empeño en que los textos y los videotutoriales sean instructivos y, a la vez, amenos.
El curso consta de dos partes: una primera unidad dedicada a explicar los fundamentos del diseño y la maquetación de publicaciones (el típico ladrillo teórico, sí, pero sin el cual no aconsejaría a nadie que se acerque a un software profesional de maquetación) y una segunda unidad en la que, mediante textos y vídeos (un total de seis horas y media de videotutoriales), se introduce al interesado en las nociones más básicas de uso de InDesign, con especial hincapié en el manejo de los textos (que para eso está destinado específicamente a gentes que se dedican a la palabra).
Muchos cursos incluyen ejercicios prácticos. Este no. Primero, porque lo cierto es que no tengo ganas ni tiempo (los que hayan sido padres primerizos alguna vez entenderán por qué) de andar evaluando al personal, aunque estaré encantado de contestar personalmente y por cualquier canal a toda duda o pregunta que me podáis hacer al respecto. Y segundo, porque no sirve de nada aprender a maquetar un folleto si a lo mejor luego nuestros clientes nos encargan que revisemos o rehagamos la maqueta de un catálogo de ferretería, de un dossier de cuentas anuales de una empresa o de una revista de viajes, o a la inversa. La cantidad y variedad de publicaciones en las que podemos intervenir es tal que haber hecho un par de ejercicios prácticos de maquetación no nos va ayudar mucho, la verdad. Tampoco busquéis aquí información sobre las compatibilidades de InDesign con herramientas de traducción asistida, porque yo apenas las uso (me repelen, lo siento) y porque rebuscando en la red encontraréis soluciones a esos «problemas» (porque eso es lo que son) mucho más completas y concretas que las que yo podría aportar.
Como creo que ya he indicado en el texto del propio curso, nadie que lo siga va a acabarlo sabiendo maquetar, ni siquiera va a saber bien cómo trabajar con InDesign, pero a lo mejor sirve para que le perdamos el miedo a una herramienta profesional compleja y muy distinta del software que habitualmente usamos en traducción y con la que bastantes veces —cada vez más, por lo que veo— nuestros clientes nos van a pedir que trabajemos. Así que, por favor, aprovechad este curso pero os ruego que no pongáis «Experto maquetador» ni «Dominio de InDesign» en vuestros currículos después de haberlo hecho.
Os podéis descargar los dos archivos PDF del curso en los siguientes enlaces:
Chapeau, Darío. Y muchas gracias por el curso; es una gran muestra de generosidad.
ResponderEliminarUn abrazo
A mandar. :-)
EliminarDarío: ¡clap, clap ! O plas plas, como prefieras.
ResponderEliminarMuchas gracias por este curso.
No hay muchos traductores como vos. Qué bueno que haya gente que quiera tirar el timón para el mismo lado que uno.
Cariños.
Si hubiese muchos como yo, madre mía...
EliminarMás cariños, Flor.
¡Hola, Darío!
ResponderEliminarMuchas gracias por el curso, me lo guardo bien guardadito, que nunca viene mal. Es un detallazo :)
Sobre el otro tema que mencionas, si bien entiendo lo que quieres decir y a lo que te refieres, pienso que, precisamente por las bajas tarifas y lo difícil que resulta para muchos cobrar lo que merecen, el tema cursos ha proliferado como una opción más de ingresos. Aunque siempre suelen estar mejor valorados los que tienen como profesor a un profesional con lustros de experiencia, no es menos cierto que actualmente hay muchas herramientas que traductores con poca experiencia saben manejar con soltura.
La verdad es que no veo nada de malo a que intente probar suerte en el ámbito de la formación; igual que el tiempo pone a cada uno en su lugar, la calidad también, y si alguien no gusta, no se explica o no merece ganar ese dinero, antes o después acabará dejando de impartirlos por falta de alumnos.
Sin embargo, mientras haya estudiantes o profesionales interesados en adquirir esos conocimientos, ¿por qué no? Precisamente, cuantos más cursos se hagan, más competencia se crea y más difícil es destacar.
Ya te digo que no es que no vea la realidad de la que hablas, porque todos nos hemos dado cuenta de la proliferación de formación, sino que no veo nada de malo siempre y cuando quien lo dé sepa de lo que habla. Yo he tenido compañeros de clase que me han explicado mejor muchos programas que profesores "con muchos años de experiencia" y por eso no veo nada de malo en ello, aunque haya dinero de por medio.
Es como quien da clases de inglés siendo aún estudiante, pero resulta que se explica mejor que un catedrático. ¿Por qué no?
Así lo veo yo :)
Habiendo tanta competencia, cada uno tiene en su mano elegir qué tipo de profesor prefiere (valorando su experiencia, relación calidad-precio, etc.).
¡Saluditos!
No hay de qué. Que lo disfrutes (o lo sufras).
EliminarRespecto a todo lo otro, yo no lo veo como tú, fíjate.
Creo que Darío estará de acuerdo conmigo en que el tiempo no pone a nadie en ningún lugar. Lo ponen las personas. Concretamente las personas que aplauden al rey desnudo, o los que (más divertidos o más indignados) tratan de hacérselo ver a los demás para que no cunda la mediocridad. No es paternalismo, es ética. Eso sí: cada cuál es muy libre de elegir de qué parte quiere estar.
Eliminar¡Muchísimas gracias por este regalo!
ResponderEliminarDe nada. Mi cuenta en PayPal es dgimirizaldu@gmail.com
Eliminar:-D
Darío, te adoro. Te lo he dicho en privado pero no me ruborizo al decirlo aquí en público. No lo digo solo por poner en nuestras manos semejante obra que te habrá dado lo suyo de trabajo, sino también por tu generosidad y gran lección que das.
ResponderEliminarSobre esto mismo, Merche, creo que Darío se refiere a otras cosa (y corrígeme si me equivoco): todo lo que tú dices, Merche, es cierto; el problema es cuando en todos esos cursillos se vende aire a un precio bastante elevado.
¡Besos!
Sastamente. :-)
EliminarAh, que hablamos del precio concretamente. Bueno, hay que admitir que algunos son caros, pero realmente las entrañas las lleva la empresa que lo organiza. Si te dan la oportunidad de hacer uno y tienes "poca" experiencia, está claro que estás en tu derecho de aprovechar tal ocasión... Luego si ellos inflan... ya no es cosa tuya. Pienso yo.
EliminarMerche: ¿tú sabes leer?
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
Eliminar¡Muy grande, Darío! Te agradezco tanto tus reflexiones, que comparto por completo, como el curso, que –con tu permiso– también compartiré mañana en FB. ¡Gracias!
ResponderEliminarSaludos,
André
Comparte, comparte, que pa'eso está. Un abrazo. :-)
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
Eliminar¡Hecho!
EliminarOtro abrazo,
André
Plas, plas, plas. ¡Mil gracias, Darío!
ResponderEliminarTe lo has currado un montón y me lo guardo para mirármelo bien. Nunca se sabe cuándo le va a venir bien a uno.
Y sobre las fiebres de cursos y demás, estoy totalmente de acuerdo. Estamos pasando por una época de hinchar todo lo hinchable y cuesta más ver lo que merece la pena entre toda la paja.
Agradecido yo por tu interés. :-)
EliminarDarío: que alguien como tú dedique su tiempo a poner sus conocimientos al alcance de todos, y gratis, es digno de admiración y agradecimiento.
ResponderEliminarEn cuanto a lo demás, era muy necesario que alguien dijera esas cosas de una vez. El cuento de la formación a cargo de cualquiera, la sobredosis de cursos, talleres, congresos y jornadas con las caras de siempre, contando lo de siempre y sin dar pie con bola (porque si no sabes de qué hablas no puedes dar pie con bola) dejó hace tiempo de ser algo ridículo para convertirse en peligroso. Peligroso no para mí ni para ti ni para la mayoría de los que llevamos en esto ya un tiempo, sino para los que vienen detrás y tienen que enfrentarse, como tú dices, no sólo a las repugnantes condiciones que ofrecen muchísimas agencias (y traductores disfrazados de agencia), sino ahora también a un grupo, quizá pequeño pero ruidoso, que está dispuesto a comerles la cabeza para que se apunten a todo lo que puedan sacarse de la chistera haciéndoles creer que así estarán más preparados. El timo de la estampita versión traductora.
Algunas asociaciones estuvieron a punto de creerse ese rollo en algún momento (parece que esto se está corrigiendo), y algunas universidades (a través de profesores que de la profesión saben bien poco) todavía dan alguna cancha al papanatismo y la osadía. Otros trabajamos para que esto no vaya a peor, y mensajes como el tuyo nos dan más ánimos, nos hacen ver que seguramente no es una manía nuestra, que no somos unos cínicos que se creen de vuelta de todo, y que los profesionales a los que respetamos lo ven como nosotros.
Poco más puedo añadir a lo que dices, David. Este mundillo atufa un poco últimamente. Pero es nuestro mundillo hasta que cambiemos de oficio...
EliminarAñado a vuestras sabias palabras, David y Darío, que esos mismos titiriteros de la venta de humo pueden ser perfectamente profesionales con lustros de experiencia que, sin embargo, no aportan en su oferta ningún conocimiento valioso para defenderse en la selva profesional y sacar el trabajo adelante, porque dar eso a los demás es crearse competencia. Pero saben manejar estrategias de marketing, encanto, marca personal, contactos, redes de influencia, su posición en asociaciones, su cercanía a instituciones... para atraerse público constantemente, y cuanto más joven y desprevenido, mejor. Al propio tiempo, hacen lo posible para copar la oferta formativa y procurar que no salgan adelante alternativas de más calado, que realmente añadan un valor al alumno o al profesional en permanente formación. A todo esto, en mi pueblo se le llama mafia, secta y varias cosas más. Y no es fácil de combatir. Por eso es valioso no que regales tu trabajo, Darío, sino que hagas públicamente todas las observaciones que has hecho. Ah, y en cuento al trabajo que regalas, es valiosísimo que sea resultado de tu esfuerzo personal, y no de parasitar descaradamente a otro, pan nuestro de cada día entre alguna de esta gente de la que hablamos.
EliminarFaltabas tú, Sílvia, dando caña, para variar, eh... XD
EliminarMuchas gracias por tus aclaraciones y comentarios, que siempre son interesantes. :-)
¡Muchísimas gracias por compartir!
ResponderEliminarPadecuá. :-)
EliminarNi mil palabras más. Me quito el sombrero, Darío.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias. No se descubra, señorita, a ver si se va a enfriar.. ;-)
EliminarMuchas gracias por este curso, que tiene una pinta interesantísima, y por la reflexión, que me ha dado mucho en que pensar.
ResponderEliminarMe alegro. Esa era la idea. :-)
EliminarDe acuerdo con todo lo que dices. Qué pena que no haya salido adelante el curso porque yo a este sí que me apuntaba. La próxima vez que nos veamos, recuérdame que te invite a un algo.
ResponderEliminarYo también me apuntaba, Sara.
EliminarMuchísimas gracias por este REGALO, Darío y por plasmar de forma tan clara una reflexión con la que estoy totalmente de acuerdo.
Un saludo,
Yolanda
Pues ahora os podéis apuntar gratis. Gracia s alas dos por comentar. :-)
EliminarMuchísimas gracias, Darío. Vaya trabajazo (y más con bebé a bordo, que ya sé yo lo que es...) Un abrazo y muchas gracias otra vez.
ResponderEliminarMe reparto tu abrazo con Martín (es que lo tengo en el regazo). :-)
EliminarHola, Darío:
ResponderEliminarVoy a imprimirme tu artículo, enmarcarlo y colgarlo en el salón de mi casa. :)
Yo terminé los estudios es 2011 y entre unas cosas y otras he andado ocupada y un poco perdida. En más de una ocasión he querido hacer que si este curso, que si aquel...pero al final siempre he terminado comprándome un buen libro por un par de euros que me ha enseñado muchísimo más. Vale, luego no podré poner en el currículo «Curso súper guay de traducción de manuales de carretillas elevadoras, (20h)», pero sé que un día sabría enfrentarme a un texto de este estilo. No digo que sepa traducirlo desde el principio pero sí sabría por dónde empezar. Hay muchos que nos quieren vender la moto, que si ahora un curso de redes sociales para traductores, que si ahora una conferencia del traductor autónomo en España...Por supuesto que también hay muchos cursos que valen la pena pero hay que saber elegir y los que acabamos de salir de la carrera somos gente «vulnerable». Nunca había sabido explicar este sentimiento pero creo que tu artículo lo dice todo.
He llegado a ti porque esta misma semana me había puesto por primera vez con el Adobe InDesign así que muchas gracias por hacer que todavía creamos en la formación autodidacta. Te prometo que no pondré «Experto maquetador» ni «Dominio de InDesign» en el currículo.
Un saludo
Lorena
Tener mil cursos en el currículo va de fábula para autoengañarse. Pero para poco más. Te lo digo yo, que no he terminado ni la carrera universitaria. El que quiere saber y aprender, lo hace y punto. Y se le nota mucho. Gracias por comentar. :-)
EliminarYo soy traductora y editora y me lo voy a leer, aunque no creo que acabe maquetando porque no es lo mío, pero al menos sabré entender mejor a los grafistas y hacer mejor los encargos. GRACIAS.
ResponderEliminarLos grafistas no somos tan raros. Y agradecemos mogollón que los que nos hacen encargos nos entiendan. Y que nos comenten el blog. :-)
Eliminar¡Muchas gracias por tu generosidad!
ResponderEliminarLa generosidad está sobrevalorada. Porque escasea y no debería. Y esto mío no es tanto generosidad como conciencia de que recibo mucho de las redes y de la gente de las redes y hay que aportar algo, cada uno lo que pueda.
EliminarMuchas gracias, Darío.
ResponderEliminarExtendería más el comentario, pero quienes sabían más qué decir ya lo han hecho y mejor de lo que servidora sería capaz.
Te agradezco igual tus palabras. :-)
EliminarHola, Darío:
ResponderEliminarAún no sé nada sobre la maquetación de textos pero aprenderé. Soy nueva en este mundo profesional, de hecho aún no he terminado ni la carrera, pero me encanta tener a personas como tú como ejemplo a seguir. En tiempos remotos esta era la mejor manera de aprender: seguir el ejemplo y los consejos de las personas más experimentadas. ¡Gracias por permitir pisar tras tus huellas! Guardaré el curso como paño en oro. Saludos, Marie-Claire
EliminarNo creo que yo sea ejemplo a seguir de nada, eh. Pero muchas gracias por el halago. Y lo que se hacía en tiempos «remotos» (no tan remotos, eh) se puede hacer perfectamente ahora.
Y mejor que lo guardes como oro en paño, jejeje. (Perdón, pero no me he podido resistir.)
Muchísimas gracias por este regalazo, Darío. Hacía tiempo que estaba interesada en aprender algo de InDesign, así que lo pongo a buen recaudo. No viene mal conocer los fundamentos de una herramienta que puede llegar a ser útil en algún momento.
ResponderEliminarEn cuanto a tu reflexión sobre la sobredosis de cursos, pues tienes toda la razón, y no solamente ocurre en esta profesión.
Un saludo
Irene
Ya te veo componiendo tus propios libros de ilustraciones. Mmmm. Mola. :-)
EliminarNo me lo digas dos veces. :))))
EliminarHola, Darío! Mil gracias por todo. Por tus palabras y por tu curso.
ResponderEliminarDesgraciadamente yo no creo que el tema sea exclusivo del sector de la traducción, creo que en todas partes la gente se ha vuelto un poco loca y quiere y necesita desesperadamente acumular conocimientos como quien acumula cromos.
Y eso no es malo de por sí (yo soy bastante bulímica de conocimientos), lo que es malo es pensar que eso te va a arreglar algo, te va a dar trabajo o te va a convertir en un crack de algún sector.
Creo que es sintomático de lo que pasa en el mundo: todo es rápido, todo es corto, todo es en dosis pequeñas y fáciles de digerir, y nadie se toma el tiempo de hacer las cosas con tranquilidad, con gusto y con oficio.
Yo sinceramente espero que sea un poco ley del péndulo y estemos en la otra punta en este momento, y que en algún momento aprendamos que todo tiene su tiempo justo, su inversión de esfuerzo y sus recompensas relacionadas, directamente, con lo que uno pone de su parte.
Un beso,
Paula
Ya, pero las bibliotecas están llenas de excelentes conocimientos gratuitos y las frecuentan cuatro gatos. Yo insisto, el que quiere aprender, aprende. Otra cosa es el que quiere aparentar que sabe. Yo también espero que un día nos demos cuenta de eso y de más tonterías que estamos haciendo... :-)
Eliminar¡Muchas gracias! Te las envío desde Lima, cielo gris, muchos meses gris... tantos que, si vienes por estos lares, harás bien en elegir alguno de nuestro verano. Volviendo al tema: creo que es muy importante que los editores/correctores (por ahí va mi oficio) conozcamos las herramientas de los diagramadores. A mí me parece crucial, por ejemplo, para saber pedirles aquello que pueden hacer pero que a veces prefieren evitar por ahorrarse tiempo o esfuerzo. Bueno, muchas gracias, otra vez... y ¡salud por tu generosidad!
ResponderEliminarCarolina
Yo, como estoy en los dos lados del proceso de producción, lo veo muy claro. Pero es verdad que a muchos editores les vendría bien tener cuatro nociones de diagramación. Facilita mucho el flujo de trabajo. Gracias por tus observaciones. Lima la tengo pendiente, pero iré algún día. :-)
Eliminar¡Muchísimas gracias, Darío! Gracias por tu generosidad, por el curso y, principalmente, por haber tenido la valentía de exponer una opinión que, sin duda, muchos compartimos.
ResponderEliminarApertas desde Vigo!
Marta
Mujer, tampoco es tan bizarro. Nadie me va a pegar ni nada de eso, espero. Un abrazo desde Najurieta. :-)
EliminarAunque hasta ahora nunca he tenido que ocuparme de la maquetación de mis traducciones, me guardo el curso, que tiene una pinta excelente.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir tu experiencia con todos. Y muchas gracias también por expresar con claridad lo que algunos de los que ya llevamos un tiempo en esto pensamos...
Nunca se sabe. Dale una mirada al texto y a lo mejor descubres una vocación. :-)
EliminarMuchas gracias de parte de una novata que está terminando un Máster de Traducción en Salamanca
ResponderEliminarNo hay de qué. Espero que sea un buen máster y que aprendas mucho. :-)
EliminarGracias Darío por compartir tus conocimientos y reflexiones.
ResponderEliminarSe nada, seas quien seas. :-)
EliminarSi algún día nos encontramos, te invito a una birra. ¡Todo un señor y con toda la razón del mundo!
ResponderEliminarGracias, Darío.
Un abrazo.
Nunca digo que no a una birra. Gracias. :-)
EliminarGracias por tu generosidad y tu profesionalismo al compartir conocimientos, Darío. Concuerdo con tu fundamentada opinión: en el mundo profesional de la edición hay demasiados cursos vacíos de contenido que aportan poco. Compartiré tu aporte en Facebook, en el grupo Profesionales de la Edición del Uruguay. Saludos desde Montevideo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Pilar. Lo de la generosidad lo he explicado en otro comentario más arriba. :-)
EliminarMuchas gracias, Darío.
ResponderEliminarSiempre me ha interesado aprender a usar este programa, del que no tengo ninguna idea, así que muchísimas gracias por el material.
Un saludo.
No hay de qué. Espero que te sirva para aprender un poco. :-)
Eliminar¡Mil gracias, Darío! A ver si de una vez por todas dejo de ser una maquetadora «cutre» ;-)
ResponderEliminarUn saludo,
Clara
Sí, sí, por favor. Que ser una maquetadora cutre es muy ídem. :-)
EliminarMuchas gracias por tu generosidad, Darío.
ResponderEliminarHay una cuestión que no se ha comentado y que me parece muy importante subrayar: si haces una traducción o una revisión directamente en un programa de maquetación, tienes que cobrar un suplemento, por razones obvias:
- El precio de una traducción en word plano no puede ser el mismo que el de un InDesign impoluto.
- El cliente ahorra el coste de un maquetista.
- El cliente ahorra tiempo (porque ya no hará falta la supervisión de un maquetador, o su intervención será solo para dar el visto bueno).
Un abrazo
Elena
Sí. No lo he comentado porque me parecía bastante obvio y porque ese tema de facturación y gestión de proyectos no lo he tratado en el curso. Pero tienes razón: creo que ya he mencionado en otro comentario que el simple hecho de que los editores conozcan las herramientas de maquetación facilita el flujo de trabajo. No sólo lo facilita, sino que puede llegar a acortarlo mucho y reduce el riesgo de que aparezcan errores en los textos maquetados. Y, además, se ahorra dinerito, que eso es algo que las editoriales (y otros clientes) deberían agradecer.
EliminarHola, Darío: Totalmente de acuerdo contigo. No puedo añadir nada más. Lo dejas todo muy clarito y lo comparto. En cuanto al curso Indesign, muchas gracias por tu generosidad.
ResponderEliminar¡Saludos!
No es mereixen. :-)
EliminarDarío, I love you.
ResponderEliminarYou know I love you too.
Eliminar;o)
EliminarMuchas gracias tanto por las reflexiones como por los documentos.
ResponderEliminarAprendí InDesign sobre la marcha (y a marchas forzadas) y, aunque lo uso casi a diario, todavía hay cosas básicas que se me escapan, así que me irá de fábula.
Un saludo.
Me alegro much de que te sea útil, Ainara. :-)
EliminarMuchísimas gracias, Darío. Un curso profesional a un precio de aficionado. ;-) Un saludo
ResponderEliminar¿Aficionado es gratis? Porque yo veo por ahí cursos de aficionados que cuestan un pastón... :-P
EliminarA ver si esta vez es la buena :).
ResponderEliminarAntes de nada, muchas gracias por compartir el curso tan generosamente habiendo invertido tanto tiempo en él.
Sobre la formación... es complicado. Yo terminé la carrera en 2011 bastante mal preparada (muchas áreas de la traducción sin tocar siquiera gracias a un plan de estudios penoso, etc.) y con la sensación de no tener ni idea de nada. Cuando conoces a más gente que ha estudiado en otros sitios o tiene más experiencia, te das cuenta realmente de todas las lagunas que tienes y te da una especie de... complejo de inferioridad profesional. ¿Y cómo subsanarlo? Con formación, tanto para mejorar como traductores como para saber más.
El problema viene cuando, siendo inexpertos y no conociendo bien el percal, hay tanta oferta que cuesta distinguir el grano de la paja... y te vienen mil preguntas: ¿hay tanta gente experta en X como para dar tantos cursos? ¿Vale esa formación X o la están inflando? ¿Se están aprovechando del buen nombre de una institución o de la fama de un traductor para colármela? ¿Aprenderé algo realmente o será una pérdida de tiempo y de dinero? Pues... parece que incluso con los "valores seguros", muchas veces apuntarse a un curso puede ser como comprar un jamón: igual te sale seco, salado, etc. Una lotería, vaya.
La necesidad está ahí (la de formación, la de sentir que no eres un matao traductoril) y las empresas/universidades están explotándola, para bien y para mal... con más o menos ética. No digo que esto sea bueno ni mucho menos: nos vendría bien un detector de fraudes y camelos para poder distinguir un curso útil y provechoso de un sacacuartos sin más enjundia.
¡Un saludo!
Tienes razón, claro. Más o menos es lo que cuento yo aquí arriba. Pero conviene recordar que la formación está muy bien, pero la paciencia, el trabajo y el tiempo también ayudan a tener experiencia. Que queremos todo muy deprisa en estos tiempos y si no dejamos que se asienten bien las cosas en nuestra cabecita luego todo eso en lo que nos hemos formado se nos olvida cagando leches.
EliminarUn abrazo. :-)
No puedo hacer otra cosa que aplaudirte por la primera parte y darte unas enormes gracias por la segunda parte. Estoy totalmente de acuerdo con tus puntos de vista.
ResponderEliminarMi ego te lo agradece. ;-)
EliminarSoy correctora y, como decís, cada vez es más habitual trabajar con InDesign.
ResponderEliminarReconozco a los maestros por la generosidad. Muchas gracias, Darío.
Majo, de Montevideo
No hay de qué darlas, María José. Un abrazo. :-)
EliminarMuchas gracias por este regalo. Justo en estos días estuve buscando un curso de In Design y, bueno, aunque sea como introducción y para no llegar al curso viendo al techo, esto me cae genial =)
ResponderEliminarTe lo agradece Nancy Rodríguez, de Caracas... (sí, todavía vivo)
No sé si solo se ajusta a traductores, porque soy correctora, pero ¡ahí voy!
Espero que te sirva, Nancy. Espero también que nos cuentes qué tal te ha ido ese curso que va a comenzar.
EliminarUn saludo. :-)
Hola, Darío:
ResponderEliminarTe suelo leer por los foros, siempre con «buena onda» y más humor que todo. Yo ya me había dado cuenta de lo que denuncias, pero no sucede solo en el sector de la traducción sino en todos los sectores. Considero al menos, que tu crítica es por la merchandising del conocimiento. Y bueno es el mercado, no hay de otra, hay que vender cualquier cosa, la culpa no lo tiene el vendedor sino el que compra finalmente. Un consumidor informado es un excelente comprador, uno que no sabe nada, ya lo sabrá al menos incluso en las clases que tú dices elaboradas u ofrecidas por inexpertos que de algo le han de servir ya que está en la «oferta». Has sido muy duro con ellos porque a pesar de que esté de acuerdo que se han banalizado estos cursos express, es lo que hay por ahora. Los "experimentados" se han dormido en sus laureles, salvo tú y que con una inmensa generosidad transciende más allá del egoísmo y el "estrellismo" que algunos denotan. Eres muy humilde, simpático, tienes un humor negro que salvajemente es encantador y sexy :D y un encanto de padre enamorado de su crío, todos los ingredientes para seducir a cualquier público.
Muchas Gracias de nuevo, y muchos éxitos!
Ay, gracias por los piropos y por tus comentarios (aunque no me ha quedado muy claro si he sido duro con los inexpertos o con los consumidores informados). :-)
EliminarObrigada, Dário, que generosidade!
ResponderEliminarAs melhores venturas na tua vida e profissão :)
Susana Serrão
Portugal
¡Muchísimas gracias por el curso, por tus reflexiones, por tu generosidad y por tu tiempo! Ojalá hubiese más gente como tú, haces que recupere un poco la fe en la humanidad en general y en la traducción en particular. ¡Mucha suerte con todo!
ResponderEliminarUn saludo
María Casanova
Madre mía, Darío. Muchísimas gracias por este regalo. Hace tiempo que quería ponerme a trastear con InDesign y esto me va a ser utilísimo.
ResponderEliminarSobre el mundo traducción ya hace tiempo que decidí optar por la vía del anacoretismo porque soy demasiado permeable a too esto y me acaba quitando demasiado espacio mental, espacio que quiero reservar para cosas que me importan de verdad. Considero que me va mucho mejor. Confieso públicamente que he sido víctima de la cursitis y demás enfermedades de transmisión viral, pero diría que me he curado. Creo sin embargo que hay cosas que la "formación reglada" te puede dar que no encontrarías en otro lugar, si sabes aprovecharlas, pero eso es tema de otro debate y da para escribir una novela río.
A mí me parece que la opinión del experto suele ser un "depende", pero es fácil dejarse seducir por los espejismos y creerse muy sabio después de leerse tres páginas de algo.
Gracias de nuevo.
Silvia
Muchas gracias por este curso. Lo iré mirando poco a poco. Estoy en un máster de traducción y me interesa mucho los comentarios de aquellos que ya sois profesionales, la verdad. Yo también creo que hacer cursos y cursos, puede no ser bueno. Aunque si se quieren hacer por hobby o algo, cada cual es libre, creo. Pero a lo que iba, que gracias a que leo foros de profesionales, estoy aprendiendo mucho. Sobre todo, se que es un gran trabajo y muy duro el de traductor, y si, también es una pena que las tarifas sean muy bajas porque no cuentan con el tiempo invertido en el trabajo. Aprovecharé tu regalo para aprender más si cabe.
ResponderEliminarHola, Darío:
ResponderEliminar¡Muchas gracias por esto!
Hace poco escuché que un personaje de un programa de televisión de Argentina (soy argentina) le decía a otro: "sos muy montón". Y se me vino a la mente esa frase después de leerte. Así que te lo digo "sos muy montón". Gracias por compartir el tutorial y esa reflexión tan acertada. Creo que es importante que quienes somos destinatarios de tantos cursos estemos atentos y pensemos bien antes de invertir nuestro tiempo y dinero.
Saludos.
Victoria
¡Muchísimas gracias!
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
ResponderEliminar¡Muchíssimas gracias!
ResponderEliminarHola, Darío, me llamo Eva, soy traductora me acabo de descargar los archivos de tu curso, me parece de una generosidad increíble, ¡¡¡muchísimas gracias!!!
ResponderEliminarExcelentes guías, muchas gracias!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola, Darío:
ResponderEliminarSé que esta entrada tiene ya casi un par de añitos, pero es ahora cuando me he puesto a buscar recursos serios sobre maquetación; nunca es tarde si la dicha es buena.
Gracias por poner tus conocimientos y experiencia a disposición de todo «quisqui» pero sobre todo, gracias por la reflexión.
Yo soy joven, pero no entré en el gremio nada más terminar de estudiar; me dediqué a otros menesteres profesionales y a acumular otro tipo de experiencia, más personal. Quizás por eso, cuando decidí cambiar de rumbo y dedicarme a traducir, acabé saturada, ahumada al cabo de no mucho tiempo.
Claro que me ha costado y me sigue costando sacar la vida adelante pero, como se ha comentado más arriba, es cuestión de ética y responsabilidad o más bien de su sentido. Y yo, como diría mi madre, siempre he «sío mu sentía».
Gracias de nuevo y un saludo sureño.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola Dario,
ResponderEliminarParece que no pasees muy amenudo por aquí.
Me ha encantado leerte y también me he bajado el material que pusiste a disposición con mucha generosidad. Si viviera por tus lares, te contactaría para invitarte a una cerveza (si es que te gusta este brevaje!) y así darte las gracias. Y no llegaría.
Espero que estés bien, que el crío crece con ganas y que estés feliz siendo papa primerizo!
Perdonadme los errores... no soy español.
Un saludo desde Roma!
Hello Everybody,
ResponderEliminarMy name is Mrs Sharon Sim. I live in Singapore and i am a happy woman today? and i told my self that any lender that rescue my family from our poor situation, i will refer any person that is looking for loan to him, he gave me happiness to me and my family, i was in need of a loan of $250,000.00 to start my life all over as i am a single mother with 3 kids I met this honest and GOD fearing man loan lender that help me with a loan of $250,000.00 SG. Dollar, he is a GOD fearing man, if you are in need of loan and you will pay back the loan please contact him tell him that is Mrs Sharon, that refer you to him. contact Dr Purva Pius, call/whats-App Contact Number +918929509036 via email:(urgentloan22@gmail.com) Thank you.
Gracias por tomarte el tiempo de escribir este artículo.
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